La lucha por la independencia en México

Mircea Mazilu

En 1804 el ejército napoleónico invadió y ocupó España, nombrando rey a su hermano, José Bonaparte. Este acontecimiento trajo como resultado una serie de luchas entre grupos guerrilleros españoles y los invasores franceses, así como la creación de juntas que se autoproclamaron como gobierno legítimo de la nación. Como consecuencia de la crisis política que se desató en la Península Ibérica a principios del siglo XIX, casi todas las colonias de América comenzaron el proceso de emancipación. Este fue también el caso de México.

La falta de un gobierno legítimo en la metrópoli marcó el comienzo de la independencia en el virreinato de Nueva España. Sin embargo, el descontento general de la población venía anunciando este acontecimiento desde hacía mucho tiempo. Durante siglos, los indígenas y mestizos fueron oprimidos y humillados por los invasores españoles. Los criollos, por su parte, no tenían acceso a los altos cargos del gobierno y carecían de los mismos privilegios económicos que los peninsulares. Como consecuencia de ello, a principios del siglo XIX el malestar estaba a punto de explotar.

En 1808, cuando llegaron las noticias de la invasión francesa a España, el cabildo de México junto al virrey José de Iturrigaray decidió asumir provisionalmente el gobierno. Sin embargo, las autoridades españolas reprimieron esta tentativa dando muerte a sus autores. No obstante, la rebelión en Nueva España sólo acababa de empezar.

Dos años más tarde, un grupo de personas protagonizaría una nueva conspiración contra las autoridades. Entre los dirigentes destacaban los militares Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo y el famoso párroco de Dolores, Miguel Hidalgo. En la madrugada del 16 de septiembre, este último reunió a los feligreses frente a su iglesia y les pidió sublevarse contra el régimen virreinal. Este acto pasaría a la Historia de México con el nombre de “Grito de Dolores”, momento en el que se dio inicio a la guerra de independencia en este país. De esta manera, el pequeño grupo de insurgentes emprendió una marcha triunfal hacia Guanajuato. Después de tomar la ciudad minera prosiguieron el camino hacia la capital del virreinato.

No obstante, en los alrededores de la Ciudad de México el ejército rebelde sufrió una serie de derrotas frente a las tropas españolas. A partir de ese momento, los jefes de la sublevación se dirigieron hacia los Estados Unidos en busca de apoyo. Sin embargo, fueron detenidos, juzgados y ejecutados en junio de 1811. Empero, su muerte no significó el final del movimiento. El sacerdote José María Morelos encabezó el levantamiento y prosiguió la lucha. Después de varias victorias, los insurgentes llegaron a dominar gran parte del centro y el sur del país. Más, el Siervo de la Nación fue derrotado y fusilado en 1815.

Después de su muerte, la lucha por la independencia fue llevada a cabo por varios grupos insurrectos que luchaban de manera aislada, siendo el más importante el encabezado por Vicente Guerrero. Tras varios intentos de derrotar al jefe rebelde, el virrey Agustín de Iturbide decidió reunirse con él y llegar a un acuerdo. El encuentro entre ambos, conocido como el “Abrazo de Acatempan”, trajo como resultado la proclamación del Plan de Iguala el 24 de febrero de 1821, documento que declaraba la independencia y la soberanía de Nueva España. Tras 11 años de lucha, se ponía fin a uno de los acontecimientos más mortíferos de la historia de México, pero el mismo que le daba la vida.

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